¿Quién gana: el hombre o el pene?
¿De verdad el ser humano es tan petético?
Nacemos desnudos, pero nos visten al segundo de nacer, así vamos por el mundo, vestidos.
Vestimos nuestras pasiones, sentimientos,reducimos al absurdo cualquier naturaleza o impulso sexual a base de depravación.
Creemos que podemos vivir ignorando el potencial humano, pero él se impone a nosotros.
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