martes, 1 de abril de 2014

HOTEL GLAM

Después de unas entradas de carácter más personal, con la llegada de Abril y el buen humor que me produce este solecito, he recordardo el reality más casposo habido y por haber (no se ha visto nada igual, ni creo que se atrevan a producirlo ya que el formato hería la sensibilidad de los espectadores), por aquel entonces era una adolescente con ganas de risa y de fiesta y el esperpento (no se puede calificar de otra forma)de Hotel Glam me lo proporcionaba, no escatimaban en excentrismos, insultos y escenas salidas de tono. Era el año 2003, entonces estaba de moda ser friki y salir en la tele haciendo el payaso, a raíz de ello emergieron personajes como Tamara Ambar Yurena, Yola Berrocal,la supuesta cantante Malena Gracía, Dinio y su hasiendooooo el amolllll, y se resucitaron a otros como a Pocholo(desde mi punto de vista el que más furor causó), menos mal que en la actualidad esta gente se haya escondida en un recoveco bajo tierra, porque psicológicamente hubieran terminado de destruir a la sociedad española causando graves problemas de salud , aún se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo a las Arasmis Fuster dándose un baño de rayos uva con el hilo del tampax colgando o a Tamara Yurena Ambar y al ex de Karina, el peluquero, morreándose (estuve un mes con ardores, muy fuerte ver como incluso se metían mano).Lo mejor de todo (al menos más que revolver las tripas tuvo gracia) fue Pocholo y su ¿¿¿QUIEN ME HA ROBADO LA MOCHILAAAAAA?? frase mítica de la época que quedará guardada en la historia de España. A tal extremo llegó la cosa que hasta Aznar salió a la palestra criticando el contenido del espectáculo, y no es para menos, porque a estos casposillos se les rentabilizó muy bien a base de bolos, programitas y un disco versionando "es una lata el trabajar" (canción que los describía perfectamente) o "que difícil es hacer el amor en hotel Glam" y que los adolescentes y no tanto bailábamos como locos mientras nos meabamos de la risa a la vez gritando el quién me ha robado mi mochila, sin duda los años emblemáticos de mi vida, no tuvieron precio. Pero ahora pongámonos serios ¿esta será la historia de España que estudien nuestras siguientes generaciones? ¿Un país donde se alzaba al morbo y al frikismo, donde gustaba lo casposo y la trifulca? Espero que no sea así.

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